5/01/2015

Blight: Capítulo 40

Era una locura ver toda la gente que había allí, ansiosa por ver al nuevo vencedor. Por verme a mi. Cuando me senté en el sillón que había al lado del de Caesar, aún seguía fascinado con la cantidad de personas que tenían los ojos puestos en mí. Caesar habló, y traté de escucharle, pero no pude. Seguía inmóvil admirando a los espectadores. Por fin, fijé la vista en Caesar, el cual debería de ser solo un par de años mayor que yo. Tenía una gran sonrisa en la cara.
-¿Estás bien?-Me preguntó entre risas.
-Sí... es solo que... ¡Vaya! No esperaba tanta gente. Hay mucha más que en la última entrevista.
-Bueno, todo Panem te adora ahora.
No era difícil caer en la cuenta de que aquella gente quería ver como el nuevo vencedor se desenvolvía ante la fama. Había visto muchos ganadores con el paso del tiempo, y solo había dos tácticas. O eras borde, o eras simpático. Así que decidí darles las gracias por tenerme aquí, aunque les odiase por divertirse con mi sufrimiento.
-Y yo les adoro a ellos.-Dije, con una sonrisa. A mi voz la sustituyeron gritos histéricos y palabras sueltas que no lograba entender muy bien, pero el pública sonreía como los niños cuando ven caramelos.
-Y dinos, ¿Qué tal anda tu pierna?
-Andar, no anda muy bien la verdad...-Caesar se rió. El público se rió. Incluso yo me reí.
-En menudos problemas te metiste en la arena...-Dijo Caesar. Pero lo único en lo que pensé fue en que ya empezaba... ya volvíamos al tema de los Juegos.- ...no sé el resto de la gente, pero para mi tu eras uno de mis favoritos y creí que se me paraba el corazón cada vez que te veía en algún problema.
-Sí bueno... a mi también se me hubiese parado en esos momentos. Pero si se paraba sonaba el cañón, y no era buena señal.-Caesar se rió de nuevo seguido del público. Yo, nervioso, jugaba con el bastón que Haymitch me había dado.
-Estarás deseoso de volver a casa.
-Es lo que más deseo en el mundo.-Respondí.
-¿Hay mucha gente esperándote allí en el 7?-Pregunto Caesar levantando una ceja.
-Espero que sí...-Reí un poco.- Están mis amigos, mis padres... Quiero volver a abrazarles a todos.
-Y Rosie...-Añadió Caesar. Mi expresión debió de cambiar completamente. ¿Rosie? ¿Ellos sabían de Rosie? Ella era mi secreto...
-Y Rosie.-Afirmé, sonriendo un poco. Escuché lamentaciones de parte del público.
-Veo que tienes varias admiradoras por el público.-Dijo Caesar soltando una carcajada.- Aunque la arena estaba Jade...
"Oh no..."-Pensé.-"Este tema de nuevo no..."
-La vida en la arena es completamente distinta a la realidad. me refiero, todo lo que vives allí te hace usar técnicas de supervivencia. Jade y yo teníamos algo... raro. Eramos amigos sin más en los entrenamientos...-Intenté decir su nombre, pero no pude.- Mi... mi hermana... ella me dijo que no me fiase de ella, así que decidimos romper nuestra alianza con ella, hasta que nos encontró y nos salvó.
-Tu hermana...-Dijo Caesar.- Cloe... creo que todos nos sentimos fatal cuando nos enteramos... Y cuando ella nos dejó.
Otra vez, las lágrimas amenazaban por salir. Asentí solamente, porque si hablaba se me quebraría la voz. Caesar pareció comprender, y dio por finalizada mi entrevista.
-Ahora, veremos un resumen de estos Juegos que tras el segundo Vasallaje de los Veinticinco, no nos dejan mal sabor de boca.
Las luces disminuyeron poco a poco. Detrás de nosotros, apareció una pantalla gigante. Otra pantalla gigante apareció delante de nosotros. Todo se volvió negro, entonces empezaron las imágenes, con una voz monótona explicando el por qué de los Juegos. Distrito a distrito, tributo a tributo, las imágenes fueron sucediéndose en la pantalla. Noté como reparaban más minutos en mi y en Cloe, que en tributos con los que no había hablado. Luego, aparecieron momentos del Desfile de Tributos, las entrevistas... y por fin los Jugos. Era irreal verlo de ese modo; a través de una pantalla, cuando tu había vivido eso. Miré a todos los tributos que esperaban en sus plataformas en la cuenta atrás. Todos estaban muertos ahora excepto yo. El baño de sangre fue una masacre. Yo escapé con Cloe algo mal parado. El vídeo muestra como todos los tributos huyeron, excepto los profesionales que quedaron divididos en dos bandos y cada uno se fue por un sitio. Tras eso, aparezco yo con Cloe. Aparecemos subiendo al árbol, el tronado, la primera noche. Como Jasper se clavó el cuchillo de mi trampa. Más imágenes de tributos con los que ni siquiera había hablado, y vuelvo a aparecer yo en la pelea de barro con Cloe. No puedo evitar sonreír. Encontramos a Eldan. Aparecen Jade y Blade, y la chica del dos le dice a Jade que vaya a ver como está su compañero. La pelea con Eldan. El derrumbamiento de la montaña. Los lobos, el momento en el que me desmayo... En la sala se respira todavía la tensión y se pueden escuchar algunos gritos ahogados. A partir de este punto, el vídeo es la mayoría sobre mi. Y sigue siendo increíble. Siento que el Blight de la pantalla no soy yo, sino que es un doble o alguien muy parecido a mi. Y siento eso el triple de fuerte cuando mato a Blade. Y a partir de ahí, decido no ver más. Oigo las voces, oigo los gritos... pero mi mirada ahora está fija en un punto lejos de el vídeo. Escucho mis gritos de desesperación intentando devolver a mi hermana a la vida... sin éxito. Escucho la voz de Jade... la que nunca volveré a escuchar... Escucho pidiéndome que haga el mayor error de los Juegos, que la suelte. Luego escucho nuestra última conversación, y después de eso... el final. La pantalla se apaga, pero antes de que vuelvan las luces la voz monótona invade la sala otra ve:
"La suerte no te busca a ti. Tu la buscas a ella, y tienes que estar en el momento y en el lugar adecuado para salir victorioso."

El tren va a una velocidad tan rápida que mis ojos no son capaces de fijarse en el paisaje. Los árboles, las montañas, los caminos... todo se vuelven sombras borrosas. Es triste volver después de todo lo vivido. Es triste porque ya no está Cloe conmigo. Y lo más triste, es que no me queda nada de ella, solo mis recuerdos. ¿Por qué mi madre nunca me lo dijo? ¿Por qué no me lo dijo siquiera cuando fue a despedirse de mí? Siento que eso no se lo puedo perdonar, y dudo que pueda perdonárselo algún día.
Estoy ansioso de llegar al siete por fin, aunque toda esa tristeza este instalada en mi. Queda alrededor de una hora para volver a poner los pies en mi distrito. En mi casa. En mi hogar.
Ray y Jara me miran preocupados cada vez que pasan por mi lado. Dicen que parezco cohibido, triste... ¿Cómo no quieren que este triste? Sí, es cierto que he ganado, pero a cambio de un precio muy alto...
Le doy vueltas a mi bastón. Vueltas, vueltas y más vueltas... No he dormido en toda la noche. No quiero dormir. Tengo miedo de lo que pueda ocurrir cuando estoy durmiendo. Lo único que hago es sentarme en algún sitio y esperar a que la oscuridad se vaya y de paso a la luz. Es más fácil mantenerse despierto que soportar tus peores miedos cada noche.
-Prepárate.-Dice una voz que hace que me sobresalte. Me giro para mirar a Jara, la cual está seria y me mira de una manera extraña.-Llegamos en diez minutos al Distrito.
Diez minutos. Solo diez.

El tren frenó sobre los raíles, con un leve chirrido. Era temprano por la mañana, pero la estación estaba atestada de gente. Miré por el cristal y los ánimos se me bajaron cuando no vi a nadie conocido.
¿Dónde estaban mis amigos?
¿Mis padres?
¿Rosie?
Reconocía a la mayoría de las caras. Gente del colegio, gente que se pasa por la imprenta, leñadores, comerciantes... pero al fin y al cabo son solo caras que veo de vez en cuando. Me volví a esconder. No creo que nadie me haya visto aún. Las puertas del tren aún no se habían abierto, pero lo harían en breves momentos. Sujeté mi bastón con fuerza, y me apoyé en el. Suspiré y me obligué a relajarme. ¿Habría cámaras? Seguro que había cámaras...
Las puertas se abrieron, y el aire frío característico del siete me envolvió. Posé el bastón en tierra, bajé la pierna derecha, y luego despacio hice mover la izquierda. La gente aplaudía y gritaba mi nombre, emocionados por mi regreso. Todo el Distrito parecía feliz por tenerme de vuelta. Ray y jara bajaron detrás de mi. Intenté escuchar lo que las voces decían:
-¡Chico lo lograste!
-¡Enhorabuena!
-¡Por fin tenemos otro ganador en el Distrito, ya era hora!
-¡Blight, Blight, estoy aquí!
Me giré rápidamente para mirar hacia donde creí que procedía la última voz. Pero todo lo que veía era gente y gente amontonada, sin dejar ver a las personas que estaban en la tercera fila.
Intenté volver a escuchar, pero las voces que más se hacían oír eran las de "Felicidades"
Entonces la vi intentar hacerse paso entre dos hombres el doble de altos que ella. Era fácil verla, porque el pelo rubio no era muy frecuente en el Distrito, y su larga melena dorada llamaba la atención. Cojeé hacia ella todo lo rápido que pude. Ella se hizo paso dejando atrás a los hombres que la impedían llegar hasta mí, y se quedó confusa mirando a todos lados hasta que me vio. Entonces corrió hacia mí. Yo solté el bastón para cogerla a ella. Ella dio un salto y me rodeó la cintura con las piernas, y por fin nos abrazamos. Después de tanto tiempo, volvía a tener a Rosie en mis brazos.

2 comentarios:

  1. Me ha encaantado, tal cual. Ese final en el tren, Rosie, sus reflexiones... En fin, todo genial*-*
    PD: Se va a acabar la historia de Blight? Vas a seguir con el blog? No me gustaría que te fueras:3

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    1. Holaa! Voy a seguir tranquilo, los problemas de Blight no han acabado que tengo muchas ideas jajaja. Habra que ver como sigue la vida de Blight despues de todos los Juegos. Muchas gracias por leer, de verdad. :3

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